martes, 16 de octubre de 2012
Pequeña anécdota
El lunes 15 de octubre volvía yo de un viaje al que fui por motivos de competencia. Estaba muy cansada pero de todos modos quería entrenar, entonces fui a la quinta del Colegio San José a hacer algunos lanzamientos de jabalina. Al terminar decidimos hacer una merienda en la casa de un compañero. El tiempo se estaba poniendo feo, el cielo se nubló por completo y el viento soplaba muy fuerte. Después de un rato empezó la horrible tormenta y dos amigos y yo no teníamos como volver a nuestras casas. Tomamos un taxi que nos dejó sobre la calle Mcal. López y ahí vimos a una señora y un señor que necesitaban ayuda con el auto, le ofrecimos nuestra ayuda y empezamos a empujar el auto en el cual iban la señora (hacia el volante) y el señor (que subió al auto y no nos ayudó a empujar), yo me estaba riendo a carcajadas porque el señor se aprovechó de nuestra gentileza y nosotros nos mojamos todo los pies y la ropa mientras el señor nos indicaba (mas o menos obligándonos) hasta donde quería que empujemos. Cuando ya terminamos de ayudarles por lo menos nos dijo "Gracias". Me parece tan simpático cada clase de persona con la que te encontras en las calles de Paraguay.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario